En de Villalgordo del Marquesado existía un dicho: “Esto va a durar más que el Censo de la Atalaya”, que sería el equivalente local a “Esto va a durar más que la obra de El Escorial”. Esta es la historia del “Censo de la Atalaya”, un préstamo que el Ayuntamiento de Atalaya del Cañavate hizo al de Villalgordo del Marquesado en el año 1774 y que no se liquida hasta el año 1962, los ciento ochenta y ocho años que duró la deuda merecen un dicho propio.
Pero para explicarlo hay que remontarse a unos años antes: ya en el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752) se dice que los bienes propios de la Villa son los montes de La Muela y el Robledal y un horno de “pan cocer” y que dichos bienes se encuentran gravados por un Censo (el equivalente a una hipoteca moderna) de 570 reales que satisfacen al Conde de la Ventosa. Desconocemos la razón por la que existía esta “hipoteca” aunque podría ser debido a la presión impositiva de la monarquia.
Para “redimir” este censo (o lo que es lo mismo, pagar el principal de la deuda al Conde de la Ventosa), en el año 1774, el Ayuntamiento de Atalaya del Cañavate presta 12.000 reales (en oro y plata) al Ayuntamiento de Villalgordo del Marquesado.
En documento escrito por el Ayuntamiento de Atalaya del Cañavate, con copia en Villalgordo, se dice:
En 25 de marzo de 1774 el alcalde de Villalgordo del Marquesado, Gregorio de Lorca y Francisco Escribano Dávila en oficio dirigido a esta Alcaldía, dicen que el lunes próximo vendrán a por 12.000 reales. En 24 de abril de 1774 según consta en acta se hizo entrega por esta Alcaldía de 12.000 reales a D. Manuel Ruiz de Alarcón y Francisco Escribano Dávila, Alcaldes Ordinarios de la Villa de Villalgordo y Gregorio de Lorca y Granero, Pedro Antonio Sáiz, Regidores y Francisco Olivares Alarcón, primer Síndico, para redimir un Censo que tenían de 14.000 reales. Dieron el dinero en oro y plata al 2%. En 26 de enero de 1775 recibió otros 1000 reales Francisco Olivares Alarcón, según escritura. Los primeros 12.000 reales fueron para redimir un Censo que tenían a favor del Conde de la Ventosa y los 1000 otro Censo a favor del Convento de Religiosos Agustinos del Castillo de Garcimuñoz.
Archivo Municipal Villalgordo del Marquesado
Desde ese momento el Ayuntamiento de Villalgordo del Marquesado procede a arrendar las tierras de la Dehesa del Robledal a los vecinos a la vez que se inicia el proceso de roturación de tierras con la tala de encinas y robles para hacer carbón como vestigio queda el nombre de uno de los parajes de la dehesa, el conocido como “Las Carboneras”, según consta en el documento de autorización del Supremo Consejo.
La dehesa se dividió en longueras de seis almudes con una cabida total de 800 almudes que se arrendaron a los vecinos. El dinero recaudado por el arrendamiento se destinará al pago del censo de la Atalaya en un 80%, tal como consta en el expediente de reparto de la dehesa del año 1915. A lo largo de los años se suceden las anotaciones contables donde se hacen constar los pagos al censo.
Nos encontramos pues, con que se ha redimido el Censo a favor del Conde de la Ventosa que pesaba sobre los bienes de Propios de la villa de Villalgordo del Marquesado, pero a su vez se han sometido estos mismos bienes a otro Censo a favor del Ayuntamiento de Atalaya del Cañavate para responder del préstamo realizado.
Resolución del «Censo de la Atalaya»
En el año 1958 el Ayuntamiento de Atalaya del Cañavate reclama por escrito el pago de la deuda, la respuesta por parte de Villalgordo es que presenten algún documento que justifique la existencia de dicha deuda, a lo que se responde desde Atalaya:
solamente existe la prueba de esto en que viene figurando en todos los Presupuestos y que ese Ayuntamiento ha venido pagando el interés consignado todos los años, hasta el 1944 y sin que después haya otra cosa en contrario que justifique la extinción o cancelación de ello
Carta del Alcalde de Atalaya del Cañavate al del Villalgordo del Marquesado. Archivo Municipal 17 de septiembre de 1958
Y añade en una carta posterior:
Durante nuestra victoriosa guerra de liberación, nadie duda que la mayor parte de los archivos municipales, de los Juzgados, así como incluso los de las Iglesias, en su mayoría fueron destruidos por completo, el que ahora no aparezcan datos suficientes no quiere decir que no haya fundamento suficiente para que los españoles podamos legalizar y poner en claro nuestras situaciones y estado, siempre existen datos por insignificantes que sean que aclaran todo aquello que aparentemente no existen datos, esto es lo ocurrido sin duda con la deuda que en el año 1774 indudablemente contrajo ese Ayuntamiento con el de esta localidad.
Yo desearía que dicha deuda por considerarla justa y legal, fuese reconocida (ya ves que para mi no defiendo nada) son cosas de la competencia de nuestro cargo que de sobra sabrás su ingratitud pero hay que “apencar” con él.
Carta del Alcalde de Atalaya del Cañavate al del Villalgordo del Marquesado. Archivo Municipal de Villalgordo del Marquesado. 10 de enero de 1961
A lo que se responde desde el Ayuntamiento de Villagordo del Marquesado:
Por los años 1943-1944, el Alcalde que entonces regía los destinos de este municipio, trató de esclarecer por que se tenía que pagar al antes citado Ayuntamiento, todos los años, la cantidad de las SESENTA Y CINCO PESETAS, cosa esta que no pudo conseguir… al confeccionar el Presupuesto de 1944, anuló dicha partida basado en que para pagar una cantidad debía acreditarse con documento suficiente. Por aquel entonces nada dijo el Ayuntamiento de Atalaya del Cañavate, ni posteriormente hizo reclamación alguna
Archivo Municipal de Villalgordo del Marquesado
Después de un largo tira y afloja entre ambas corporaciones, desde Atalaya del Cañavate escriben:
Como quiera que este asunto que nos ocupa ya hace CINCO AÑOS que se inició dicha reclamación, hemos llegado a la conclusión de que por escrito no hay forma humana de entendernos ni de posible acuerdo amistoso como ya les propuse, he de manifestarle que si en el plazo de ocho días a partir del día de la fecha no reconocen dicha deuda o por el contrario se llega a un acuerdo, nos veremos obligados a iniciar el asunto por vía judicial sin más tregua, entregando el asunto a nuestro abogado defensor en Madrid
Carta del Alcalde de Atalaya del Cañavate al del Villalgordo del Marquesado. Archivo Municipal de Villalgordo del Marquesado. 10 de junio de 1961
En agosto de 1961 el Gobierno Civil de Cuenca dictamina que “lo procedente para evitar colisión entre ambos Ayuntamientos por asunto de tan escasa importancia, sería redimir ese Censo o carga capitalizando al 3% y pagando el primero al segundo la cantidad resultante, esto es, 2.166,66 pesetas.”
A pesar del dictamen, el Ayuntamiento de Villalgordo del Marquesado sigue discutiendo la deuda, hasta que finalmente el Ayuntamiento de Atalaya del Cañavate accede a que le sea abonada la mitad de la misma y así zanjar el asunto: “…no obstante y considerándonos muy perjudicados, accedemos gustosos a que nos sea abonada la mitad de dicha deuda” (Diciembre 1961). A lo que el Ayuntamiento de Villalgordo contesta: “llegado al acuerdo de pago legal o ilegal, éste no podremos realizarlo hasta primeros de año en que se habilite cantidad para efectuarlo” (Diciembre 1961). Con fecha 22 de agosto de 1962, el Ayuntamiento de Atalaya del Cañavate remite un nuevo escrito: “según se quedó convenido abonarían a este Ayuntamiento en principio del año corriente la mitad de la deuda… y como quiera que ha transcurrido más de la mitad del mismo… le ruego si es factible lo haga lo antes posible”
Finalmente en septiembre de 1962 el Ayuntamiento de Villalgordo del Marquesado remite al de Atalaya del Cañavate un giro postal por importe de 1.625 pesetas. Cerrando así el expediente que duró 188 años.
Ubicación de la Dehesa del Robledal
En la fotografía del Vuelo Americano de 1956 pueden distinguirse con nitidez las longueras rectangulares de 6 almudes hasta un total de 800 que ocuparía la Dehesa del Robledal.
La Dehesa del Robledal formaba parte de la Dehesa Carnicera. En el expediente de subasta de terreno de 1841 se delimitaba así: “tendrá su mojonera guardando el camino de Pinarejo y carril del corral de Dª Juana, y por el camino de Cervera al camino, o sea senda de Hinojosa”
Como se ha dicho anteriormente la dehesa se dividió en longueras de seis almudes, progresivamente se va produciendo una concentración de longueras en determinados propietarios. Esto indica que bien por compraventa o por herencia se transmitía su “propiedad”.
