Próxima a Villar de Olalla se encuentran los restos de lo que fuera la población de Hortizuela. En 1800 dependía del Arciprestazgo de Cuenca y la Abadía de los Escuderos, siendo un anejo de Barbalimpia. En 1805 aparece como una villa de señorío perteneciente al partido de Cuenca, sin que se especifique su dueño y contaba con 13 vecinos.

En la actualidad se encuentra dentro de una propiedad privada y en las proximidades de un antiguo cuartel de la Guardia Civil también abandonado. Paisaje de bosque ahora destinado a coto privado de caza.

Aún se conservan en pie algunos restos de fachadas y casas que dotan al lugar de un aspecto fantasmagórico y evocador de tiempos pasados.

Las ruinas de la iglesia permiten ver la estructura románica del s. XIII.

En la actualidad carece de cubiertas, el acceso se encuentra escondido entre zarzales que dificultan mucho el acceso al interior, lo forma un arco de medio punto adovelado.

De una sola nave, con presbiterio recto y ábside semicircular con resaltes pronunciados entre la nave y el presbiterio, y mínimo entre éste último y el abside. En época posterior, se añadió un cuerpo a modo de sacristía en el muro norte del presbiterio.  En el lado sur se encuentra la espadaña.