Epidemias y plagas en Villalgordo del Marquesado en el siglo XIX

Eugène Ernest Hillemacher (1818-1887). Edward Jenner vacunando a un niño (1884)
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ASISTENCIA MÉDICA

A partir de la segunda mitad del siglo XIX en Villalgordo del Marquesado comienza a prestar sus servicios un médico que se compartía con el vecino Villar de la Encina donde residía. Pero el sostenimiento se hace difícil por falta de recursos económicos en el ayuntamiento y se debe prescindir de sus servicios.

que siendo excesivo el gravamen que pesa sobre el presupuesto municipal de esta villa, y no pudiendo asistir en este pueblo el facultativo titular por más que sea buena su voluntad, mediante a que su residencia fija la tiene en el pueblo de Villar de la Encina, y que habiendo enfermos en dicha villa no es factible que los abandone para asistir a los de esta población, han acordado que el facultativo de ambas villas, D. Crisanto del Val, cumplido que sea el compromiso que tienen adquirido, quedando libres las villas para proporcionarse por sí el facultativo que más les place …

Acuerdo municipal de 30 de agosto de 1866. Archivo Municipal de Villalgordo del Marquesado

Los presupuestos para este fin son escasos o nulos, y así se demuestra cuando deben destinar la partida de «imprevistos» para que el medico asista al reconocimiento médico de los mozos que ingresan en filas según se expresa en sesión municipal de 3 de mayo de 1868 donde se da cuenta que en el presupuesto aprobado hay consignados 16 Escudos y que en la declaración de soldados del año actual, exigió el facultativo D. Justo González 20 Escudos por su viaje y por asistir a los reconocimientos de los mozos, no habiendo habido por consiguiente bastante cantidad consignada para ello, y teniendo que hacer además los gastos sucesivos para la conducción de los quintos a la capital de la provincia

Epidemia de Cólera de 1885

Aunque de los documentos examinados no se deduce que afectase gravemente a Villalgordo, el Ayuntamiento se implica en la prevención de la epidemia, así, en sesión de 12 de julio de 1885, siendo alcalde Julián Buendía, se constituye la Junta de Sanidad, en la que se acuerdah

como medida de prevención, si quiera fuera para los primeros casos de cólera morbo, si por nuestra desgracia se presentaba en este pueblo, adquirir los desinfectantes más recomendados por los facultativos…, acordándose que se empleasen 25 Pesetas para adquirirlos, sin perjuicio de que la Junta de Sanidad adopte las medidas que crea oportunas para preservar a este pueblo de la epidemia colérica, que por desgracia aflige a muchos pueblos de esta y otras provincias…

Sesión Junta de Sanidad 12 de Julio de 1885. Archivo Municipal de Villalgordo del Marquesado

En otra Sesión de 23 de agosto de 1885 el Ayuntamiento acuerda la adopción de una serie de medidas en orden a la prevención del cólera que puede producirse debido a la plaga de langosta que en ese momento azota a la localidad

El Sr. Presidente manifestó a la Corporación que para cortar las infecciones de las aguas potables de esta villa, pues en algunos pueblos culpan a las infecciones de sus fuentes y pozos los estragos de la epidemia del cólera, le parecía conveniente poner un guarda en el pozo llamado de la Dehesa, provisto de un cántaro nuevo y una jarra para llenar las botijas de las personas que fueran a por el agua a dicho pozo, sin consentir que se entraran otras (vasijas). En su virtud se acuerda que desde luego, se nombre el guarda y además se ponga una puerta con buena cerradura a dicho pozo, pues que además de ser una medida preventiva en contra del cólera lo es también para evitar que caigan langostas de que por desgracia está invadido este término…acordando además, se limpien los otros pozos y sitios donde se comprenda que hay desarrollo de miasmas pútridas perjudiciales a la salud pública tan amenazada en esta época…

Sesión Junta de Sanidad 23 de agosto de 1885. Archivo Municipal de Villalgordo del Marquesado

EPIDEMIAS DE VIRUELA

De la existencia de epidemias de viruela en la zona da testimonio un documento en el que se describe un proceso judicial, seguido en Villalgordo en el año 1876, contra un vecino de Villar de la Encina. En dicho proceso se le acusa de desobediencia a la autoridad por incumplimiento de un bando del alcalde en el que prohibía la entrada en este pueblo a quienes procedieran de Villar de la Encina, donde se había declarado la epidemia. Para los que quisieran entrar en el pueblo se establecía una cuarentena en los Chozos de la Muela.

Uno de los chozos de La Muela

Años más tarde, en la Sesión celebrada por el Ayuntamiento el 8 de marzo de 1891, se plantea la necesidad de adquirir cristales o tubos de vacunaciones para preservar al vecindario de la enfermedad de la viruela que ya se ha presentado en varios pueblos colindantes y entre ellos y con mayor intensidad en el de Montalbanejo… El Ayuntamiento acuerda adquirir la vacuna del Instituto de Madrid por considerarla más oficial que la cualquier otra parte, encargando al Sr. Alcalde D. Juan Ruiz Sáiz las gestiones de este servicio, bajo la decisión del facultativo D. José Pinuaga.

Que la amenaza de epidemias es constante lo demuestra el acuerdo municipal de 1909 para establecer una barraca para una o dos camas según fuese necesario, para albergar enfermos que padezcan enfermedades infecto-contagiosas.

La “Gripe Española” también afectó a la población de Villalgordo según consta en el periódico El Liberal de 30 de octubre de 1918: ”En Villalgordo del Marquesado apareció también con con 30 invasiones, todas leves”, aproximadamente un 10% de la población aunque dada la levedad de los contagios no se produjeron muertes.

En este sentido, el 17 de noviembre, el ayuntamiento acuerda adquirir drogas desinfectantes y hacer socorros domiciliarios para controlar la enfermedad gripal en esta localidad, para ello se aprueba un presupuesto extraordinario que no fue necesario utilizar, pues según el acuerdo de enero de 1919: la enfermedad que reinó en esta localidad, titulada “Gripe”, ésta fue benigna y hoy desaparecida por completo (Archivo Municipal de Villalgordo del Marquesado)

LA PLAGA DE LANGOSTA A FINALES DEL SIGLO XIX

Durante los años 1885 a 1888 sobrevino al municipio una plaga de la langosta, que aparte de arruinar las cosechas, podría ser potencial causante de la epidemia de cólera morbo que se da en esos años, puesto que al caer en los pozos, éstos quedaban contaminados. Así en los meses de julio y agosto de 1885, se acuerda la urgente actuación en los pozos de la localidad, y en especial en el de “agua dulce”, ya sea poniendo una puerta y un candado para evitar el que la langosta caiga en él e infeccione sus aguas… , ya procediendo a su limpieza”.

El día 4 de octubre de 1885, siguiendo las instrucciones del gobernador civil, se acuerda constituir la Junta de Extinción de la Langosta, estaba compuesta por: tres representantes de los mayores contribuyentes y dos de los labradores, el alcalde y el regidor síndico.

En el acta de la sesión del día 2 de mayo de 1886 se expresa la necesidad de recursos para la lucha contra la plaga que pueden ser: la prestación personal, vender los pastos o solicitando fondos al gobernador civil. Se acuerda que:

teniendo en cuenta los inconvenientes que presenta en la práctica la prestación personal y el resultado poco satisfactorio que había de dar el pedir fondos al Gobierno, se proceda a la enajenación de los pastos para el año 1886-87 y que de estos fondos se emplee una cantidad prudente en la extinción de la langosta, sin perjuicio de exigir a cada vecino media arroba por lo menos de este insecto…

Acuerdo de la Junta de Extinción de la Langosta de 2 de mayo de 1886. Archivo Municipal de Villalgordo del Marquesado

Comienza así la lucha contra la langosta con bastante escasez de medios materiales y humanos. El día 9 de junio de 1886, la Junta parece rendirse ante la plaga, pues aparte de haber gastado ya las 500 pesetas que les concedió el Gobernador Civil para ayudar en la extinción, acuerdan:

hacer presente al Sr. Gobernador que la plaga no disminuye sino que aumenta extraordinariamente por haber llegado ya a este término la que sobra de los pueblos de Alconchel y Villaescusa de Haro para comerse toda la siembra; que ya no hay manos suficientes ni medios, por ingeniosos que sean, que puedan detener en su devoradora carrera al voraz insecto, que de estar algunos años en este país es inevitable la ruina de la agricultura…

Acuerdo de la Junta de Extinción de la Langosta de 9 de junio de 1886. Archivo Municipal de Villalgordo del Marquesado

Pero a pesar de todo el empeño y los esfuerzos de toda la población, la langosta sigue avanzando. El 2 de julio de 1887, la Junta se reúne al objeto de:

…ver si se podría coger alguna langosta de la mucha que ha entrado por la parte de Trasierra y Cuesta de la Virgen, pues según manifestaciones del Guarda Municipal, por las mañanas, hasta que el sol calienta bien, se encuentra apiñada y adormecida y es fácil recogerla con <buitrones>; en su vista la Junta acuerda, dar principio a la extinción del insecto desde el día de mañana en que acudirán los capataces encargados de los <buitrones> bien temprano para ensayar el procedimiento, y si diera resultado dar cuenta al Sr. Gobernador de hallarse esta Junta continuando la campaña de extinción de la Langosta, fijando el precio del Kilogramo de insecto en proporcionalidad a la facilidad con que se recoja…

Acuerdo de la Junta de Extinción de la Langosta de 2 de julio de 1886. Archivo Municipal de Villalgordo del Marquesado

El 3 de julio, la Junta, viendo “la facilidad con que se coge por las mañanas la langosta y teniendo en cuenta la enorme cantidad que hay en el sitio”, fija el precio de Kilogramo en 5 Céntimos.

La determinación del precio de la langosta por parte de la Junta (en sus diferentes fases de desarrollo: mosquito, saltones, saltón gordo, saltón perfecto, voladora…) no fue pacífica, y le valió alguna severa amonestación de la Comisión Provincial a través del Gobernador Civil por obrar con excesiva discrecionalidad y sin hacer público el precio acordado inmediatamente después de fijado. Así, por ejemplo, el día 2 de junio de 1887, (un mes antes de que se fijase el precio en 5 Cts./Kg.), la Junta acuerda:

que habiéndose presentado algunas manchas de insecto de langosta en los sitios de los Pedernalares y Cuesta de la Virgen, se estaba en el caso de proceder a su extinción; en su vista la Junta acuerda que desde el día de mañana se de principio a la persecución del mosquito de Langosta, pagándose el Kilogramo a 12 Céntimos, sin perjuicio de ir bajando el precio cuando las circunstancias lo permitan y al prudente juicio del Sr. Alcalde…”.

Acuerdo de la Junta de Extinción de la Langosta de 2 de junio de 1886. Archivo Municipal de Villalgordo del Marquesado

Tales circunstancias venían determinadas por la abundancia del insecto y la mayor o menor facilidad con que se recogía. El 4 de junio de 1887, la Junta acuerda: “que en vista de que la recogida del mosquito se hace más fácil por ser el insecto más grueso, se estaba en el caso de acordar la rebaja en el precio de kilogramo…a 10 céntimos.”; el 6 de junio se vuelve a rebajar a 8 Cts.

La participación de todos los vecinos en la extinción de la langosta, unos dando “obradas” con las mulas (“…que se proceda a dar otra vuelta de arado a los sitios invadidos de canuto de langosta, convocando al efecto todas las labores del pueblo…”), otros cavando la tierra donde no podían entrar las mulas (“…que en los sitios que no pueda entrar el arado se continúe rozando la tierra con cinco centímetros de profundidad…); los demás recogiendo insecto para destruirlo “enterrándolo en zanjas”, todo ello pagándolo, determinó, aparte de la fluctuación de un día para otro del precio del kilogramo recogido – generalmente a la baja -, que en determinados momentos se causase más daño en el campo que la propia langosta. El 13 de julio de 1887 la Junta acuerda suspender la recogida del insecto “pues de día en día se hace más difícil su persecución, siendo más el daño que se hace en la siembra para cogerlo, que lo que el mismo insecto ocasiona…”

Esta discrecionalidad, y sobre todo la ausencia de publicidad en la fijación del precio, motivó que la Comisión Provincial, vía Gobernador Civil, ante quien debían rendir las cuentas y sobre todo justificar la ayuda concedida (en 1887 fue de 900 pesetas de las que inexplicablemente se devolvieron 221,50 pesetas), dirigiera contundente oficio a la Junta de Villalgordo del Marquesado, en el que advertía irregularidades en la justificación de los gastos y no haber hecho público el precio al que se pagaría el kilo del mosquito, por lo que se devuelven las cuentas para que se subsanen.

Más adelante y a la vista de la gravedad de los daños la Junta acuerda:

acordar la formación del expediente justificativo de perdón de contribuciones, en vista de los inmensos daños causados por la langosta en este término municipal; en su vista los concurrentes por unanimidad acuerdan, que habiendo ocupado totalmente la langosta este término municipal y destruido la mayor parte de la siembra que en él existía, atendiendo a la ruina que amenaza a la población de esta villa, cuya única ocupación son las faenas agrícolas, y a fin de hacer menos angustiosa la situación de los contribuyentes, acuerdan que en virtud del derecho que se concede por el artículo noveno de la Ley de 18 de junio de 1885, se solicite de la Excma. Diputación Provincial el perdón de las contribuciones

Acuerdo de la Junta de Extinción de la Langosta de 14 de julio de 1886. Archivo Municipal de Villalgordo del Marquesado

En el año 1888 parece que la plaga ha remitido en Villalgordo y se encuentra en Alconchel, pues el Gobernador comunica al Alcalde de Villalgordo que asista a una reunión que se ha de celebrar en aquél “para organizar la campaña de extinción de la langosta del pueblo de Alconchel, que por la importancia de la plaga obliga a ser auxiliado por los pueblos vecinos…” Villalgordo del Marquesado contribuyó a la extinción de la Langosta en Alconchel, mediante el repartimento del 1% sobre la riqueza territorial (224,09 pesetas) y el 5% de la matrícula de Industrial (7,98 pesetas).

El daño que la langosta podía hacer en los sembrados era ya inevitable, y los medios humanos y materiales, de que se disponía en la época, estaban a disposición para la lucha contra la langosta. Si algo de positivo tuvo la plaga fue que contribuyó, en los dos años de más virulencia (1886 y 1887), a mejorar el nivel de vida de los vecinos de Villalgordo, al percibir unos ingresos extraordinarios como remuneración por su trabajo en la extinción. Aparte de las peonadas y obradas, se recogieron en las campañas de 1886-87 un total 25.470 kilogramos de langosta, que se pagaron a una media aproximada de 8 céntimos/kg

http://www.historiadevillapalacios.es/04.09.votos.htm

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