En las inmediaciones de Villalgordo del Marquesado se encuentra una pequeña necrópolis de tumbas excavadas en la piedra conocidas popularmente como «Las Sepulturas de Mahoma». Que éste sea su nombre popular no significa que necesariamente tengan origen árabe. Se aprecian dos tumbas excavadas y entre ellas hay restos de haber sido también labrada la piedra, por lo que se trataría de tres enterramientos.
Las tumbas labradas en la roca son una de las diferentes manifestaciones funerarias que caracterizan a los últimos siglos de la Tardoantigüedad (ss. VI-VIII) y a los primeros de la Edad Media (ss. IX-XII); sus cronologías abarcan un amplio espectro, pudiendo presentarse ya desde el siglo VII, y prolongándose más allá del XII. Dada la amplitud cronológica que dan los estudiosos, no es posible aventurarse a establecer una fecha más concreta.

Son varios los tipos de problemas que presentan estas inhumaciones. Por un lado, la mayoría de las sepulturas se presentan vacías, sin restos óseos que permitan algún tipo de análisis y con escasos ajuares. La presencia de algunos materiales, cerámicos o metálicos, localizados en su interior, sugiere que se encuentran en uso en un momento del siglo VII o en algunos casos quizás con anterioridad.


En cuanto a sus orientaciones, la mayoritaria es la Este-Oeste o muy próxima a la misma, que era la recomendada por la Iglesia, con ligeras variantes que debemos interpretar por la necesidad de acomodarse al material sobre el que se realiza, y las características físicas, geológicas y topográficas del terreno. Como se puede apreciar en las imagenes, las «Sepulturas de Mahoma» tienen una clara orientación Este-Oeste.
Otra de sus características es que la mayoría de ellas carecen de indicadores sobre quién reposaba en la misma. Este modelo de inhumación se presenta con diferentes patrones, reflejando diferentes tipos de iniciativas en su construcción, dando lugar a la creación de paisajes muy diversos. Su presencia se extiende por numerosas regiones de la península ibérica y otras zonas europeas.
Las necrópolis visigodas suelen estar en la proximidad de un camino y en posición elevada pero sin alcanzar gran altura, características que se cumplen en Villalgordo del Marquesado.


En muchos estudios consideran estas necrópolis como indicador de la existencia de poblamientos, en este sentido es conveniente señalar que muy próximo a la necrópolis se encuentra el Paraje de «Las Chozas» donde hasta hace muy poco había restos de poblamiento hoy desaparecidos.
OTRAS NECROPOLIS EXCAVADAS EN LA ROCA EN LA PROVINCIA DE CUENCA
Necrópolis de Cantosar. Altarejos Enlace

Tumbas del moro. Arcos de la Sierra Enlace

Tumbas en la ruta de las caras. Buendía Enlace

Necrópolis de Ercávica. Cañaveruelas Enlace

Bocas de Villaverde. Carrascosa del Campo Enlace

Fresneda de Altarejos. Necrópolis I Enlace

Fresneda de Altarejos. Necrópolis II Enlace

Garcinarro-Poblado de Mohorte I Enlace

Despoblado de San Roque (Huerta de la Obispalía) Enlace

La Caja del Moro (Naharros) Enlace

REFERENCIAS
Hernández Sousa, J. M. (2020). Espacios funerarios tardoantiguos/altomedievales al sur del Sistema Central: Las tumbas labradas en la roca y su integración en el paisaje. Arqueología Y Territorio Medieval, 27, 193–219.
Ripoll López, G. (1989). Características generales del poblamiento y la arqueología funeraria visigoda de Hispania. Espacio Tiempo Y Forma. Serie I, Prehistoria Y Arqueología,