
Para quien no conozca este lugar de Priego y quiera encontrar un lugar donde se respire paz y se admire la belleza geológica de esta zona de la Serranía de Cuenca, recomiendo una visita al Convento de San Miguel de las Victorias en Priego.
Situado a tres kilómetros, para llegar hay que tomar la carretera de Cañamares y tomar el último camino de salida de la carretera a mano izquierda.

Su fundación se debe al sexto conde de Priego: D. Fernando Carrillo de Mendoza. Este hombre fue embajador del Rey Felipe II en Portugal y en la minoría de edad de D. Juan de Austria fue su Mayordomo Mayor, es decir, su educador.
El convento que se fundó se llamó S. Miguel de la Victoria, en recuerdo de la batalla de Lepanto. Se inauguró en 1573 y estuvo habitado por franciscanos descalzos. Se construyó en el actual merendero. En este asentamiento había muchos desprendimientos de rocas, lo que obligaba a continuas reconstrucciones.
El mediodía del 28 de febrero de 1772 cayó sobre le Monasterio una enorme piedra, desprendida de la pared de la hoz, que dañó seriamente el edificio. Ante la gravedad de la ruina se pidió consejo y consulta sobre qué era más prudente hacer al interesante arquitecto barroco José Martín de Aldehuela. Este respondía en documento firmado en Cuenca el 21 de marzo de 1772: «Se hace preciso la muda absoluta de dicho Convento, que ha de ser en el sitio de la ermita de la Concepción de afuera…» (Nicolau, J.)
Con la desamortización de Mendizábal (1836) y la exclaustración de las órdenes masculinas, se abandona nuevamente el convento. Al firmar el Concordato entre el Estado y el Vaticano en 1851 pasa a la Mitra de Cuenca. En estos momentos depende de la parroquia de Priego.

La portada de la iglesia es de sillería almohadillada, con forma de dintel adornado con volutas en los laterales. Sobre el alerón que lo corona se encuentra un arco decorativo con volutas en la base de las cuales parten unos pináculos en medio relieve. Lo corona un óculo oval, muy característico del estilo decorativo de Martín de Aldehuela. Se encuentra adosada al norte del convento y tiene una disposición este-oeste.
La iglesia es de una sola nave cubierta por una bóveda de cañón con lunetos con una cornisa en la base.

En el crucero cúpula circular sobre pechinas.

El presbiterio es un arco abocinado con pilastras en su unión con el crucero y columnas adosadas en la cabecera y entre ambos hay unas pequeñas tribunas.

El edificio estaba adornado por obras de José Salvador Carmona que dejó una numerosa obra que hoy se conservan en la iglesia parroquial de Priego. En el monasterio sólo permanece el Cristo de la Caridad. «La palabra que define al Cristo de Priego es la dureza, dureza en el tratamiento de las carnaciones, en las ropas que le visten o en la túnica que envuelve la bola del mundo sobre la que se asienta, en la expresión del rostro, conmovedor pero de una dureza que lo hace de gesto fácil y efectista, efectismo que se trasmite a la espalda llagada en exceso y por ello falta de verismo, y lo mismo ocurre con la policromía que da la sensación de haberse repintado sin finura.» (Nicolau, J.)
Bibliografía
- Mora Pastor, J. (2005) Aproximación a la figura del arquitecto José Martín (Aldehuela) y su obra en Cuenca. Cuenca: Diputación Provincial.
- NICOLAU CASTRO, J., “Las esculturas de José Salvador Carmona del convento de San
Miguel de las Victorias de Priego (Cuenca)”, Boletín de Estudios del Seminario de Arte y Arqueología, Valladolid, Universidad de Valladolid, 59, 1993, pp. 455-464 - http://www.priego.es/el-pueblo/historia-y-patrimonio/