
Se puede visitar del 18 de abril al 22 de julio de 2018 en la Casa Zavala de Cuenca.
Sorolla recorrió Castilla en múltiples viajes y se unió a la fascinación por su paisaje que sintieron los institucionistas y la Generación del 98. Un paisaje inédito hasta entonces como tema en la pintura, pero que emocionaría a toda una generación de escritores y artistas con el descubrimiento de su carácter sublime y su poética del vacío.
En el siglo XIX, los viajeros románticos extranjeros son los verdaderos descubridores de nuestro paisaje y a la hora de describirlo no contaban con interpretaciones anteriores porque el paisaje, en esos términos, era una realidad nueva, con nuevos valores y significados, que requería para su interpretación, actitudes y perspectivas igualmente nuevas. El romanticismo plantea que para entender y explicar la naturaleza no basta con la razón y la inteligencia, sino que existe un factor que emana de cada individuo, la subjetividad, que se expresa a través del sentimiento, la imaginación y la capacidad creadora, responsables de una visión particular y emotiva de las cosas.
Élisée Reclus (1830-1905) en la Nouvelle Géographie Universelle (1876) modifica los términos de la visión anterior del paisaje de España: lo que había sido una visión predominantemente estética, pasa ahora a una visión más geográfica, en la que se equilibra la dimensión estética y científica. Abre así el paso al paisajismo geográfico moderno que seguirán después Francisco Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza.
Reclus distingue la importancia de la Meseta y la pone en relación con su protagonismo en la historia española. El papel político de sus habitantes habría sido motivado por la extensión, la posición y la topografía dominante de Castilla en el conjunto peninsular. Difiere de la visión de los románticos y prefigura las imágenes mostradas mucho tiempo después por la Institución Libre de Enseñanza o por los hombres del 98.
Autores como Unamuno y Azorín comparten una visión de España y de la identidad nacional que tiene muchas coincidencias con la de Reclus. La valoración del papel desempeñado por el medio físico en la historia, la búsqueda de las esencias de esa historia en los usos y manifestaciones populares, la apreciación de las afinidades entre el paisaje como símbolo y a la vez fuente de identidad colectiva o la interpretación de la historia y del presente del país en términos «castellano-céntricos», incluyendo la consideración de la Meseta como clave geográfica de la historia y la identidad nacional españolas.
La Institución Libre de Enseñanza incorporó en su programa un concepto hasta entonces ignorado: la valoración y el disfrute del paisaje.
Autores modernos también tienen presente el paisaje español pero desde otros puntos de vista que responden a realidades contemporáneas como son la despoblación del medio rural y la desaparición del campesinado.
Sergio del Molino nos cuenta cómo desde la Institución Libre de Enseñanza y a la cabeza Giner de los Ríos se promovió el paseo como herramienta pedagógica “Se trataba de descubrir el paisaje para construirlo después e incorporarlo a una visión nacional. Había un trasfondo mucho más sutil que quizá no todos los alumnos percibían aunque, sin duda, terminaba calándoles. El patriotismo” (La España Vacía, 137)
“Del paisaje no puede salir nada porque el paisaje no es nada. En tanto que mirada, el paisaje no está en lo contemplado, sino en quien lo contempla… Es el poeta quien inventa el paisaje y son los lectores, desde Madrid, quienes le dan el acabado mitológico que necesita” (La España Vacía, 155)
Marc Badal nos dice: “La mirada del campesino era capaz de registrar un cúmulo de significaciones imperceptibles para los demás, pero era incapaz de ver aquello que llama más nuestra atención cuando vamos al campo. Los campesinos no veían el paisaje, su relación con el entorno era demasiado cercana, era un elemento más del conjunto. Y para ver el paisaje se requiere cierto distanciamiento, como el pintor o el poeta, en el campo nosotros sólo vemos paisajes. Que no son otra cosa que el resultado de nuestra mirada ajena” (Vidas a la intemperie, 151)
“Percibir es un modo de proyectarse. Mirar es presentarse al mundo. Mostrar nuestro acondicionamiento y nuestras intenciones. Por eso la mirada del campesino no tiene nada que ver con la del turista. Hemos cambiado un mundo sin paisajes por unos paisajes sin mundo. La pulcritud que rodeaba la imagen del campo se ha venido abajo: cunetas de carretera convertidas en vertederos; restos de plástico por todos los rincones; cáscaras de pipas bajo el banco del parque infantil; aguas freáticas saturadas de nitritos y herbicidas; coches descuartizados en el patio trasero. El turista rural afronta estoicamente tales inconvenientes a la hora de componer su oda al campo, comparte la mirada con aquellos pintores de paisajes y poetas de lo campestre. Una mirada que ignora lo que hay más allá de la imagen inocente y agradable que contempla”. (Vidas a la intemperie)
El paisaje no es ni inocuo ni objetivo, tiene el significado de quien lo contempla: la luz impresionista de Sorolla, la mirada anhelante en busca de la naturaleza del turista urbano, la mirada utilitarista del campesino, el ojo del agricultor empresario industrial, o la mirada del expolio de recursos por parte de grandes empresas.
La pintura paisajista de Sorolla es la estética en forma de pincelada evocadora y bella pero carente de compromiso en tanto hay un posicionamiento intelectual que elimina a los tipos humanos de sus paisajes.
La exposición carece de tipos humanos excepto tres cuadros que representan a parejas con trajes regionales de Lagartera, la Alcarria y La Mancha. Esta representación es una prueba más de la idealización del paisaje y sus gentes que sirven a la construcción de la idea de nación española pero no contribuyen a mostrar la realidad social del momento. Sorolla, producto de su época y de las nuevas ideas, pinta poéticamente el paisaje, le da forma y luz y lo interpreta para su admiración en las galerías de Madrid, de Europa y de América.
BIBLIOGRAFÍA
- González Canalejo, A. (2015). El regeneracionismo y la institución libre de enseñanza en el descubrimiento de las montañas españolas: Guadarrama y Gredos. (Tesis doctoral) Universidad de Salamanca
- Del Molino, S. (2016). La España vacía. Viaje por un país que nunca fue. Madrid: Turner.
- Badal, M. (2017). Vidas a la intemperie. Pepitas de calabaza y Cambalache
- http://aqmapacolorca.blogspot.com.es/2016/04/joaquin-sorolla-tierra-adentro.html
- http://www.iclm.es/sorolla-tierra-adentro/